lunes, 29 de octubre de 2007

GILGAMESH 9 Y 10

Dispuestos los preparativos, oídos los consejos de los ancianos y bendecidos por su madre,
la reina Ninsuna, montan sus dos mejores caballos y galopan velozmente al encuentro con Humbaba.
Enkidu promete a la madre de Gilgamesh, cuidar y velar por el bien de su hijo. Gilgamesh es feliz, nada ni nadie puede oponerse a estas dos fuerzas de la naturaleza, juntos se sienten invencibles.
Tras varios días de camino, llegaron a los lindes del bosque de cedros, situado entre el Hermón
y el Líbano.

Descansaron y cogiendo sus armas, se adentraron en la densa espesura del bosque. dentro era como la noche, no podían ver nada, caminaron y caminaron sin poder distinguir huella alguna de humbaba, solo el retumbar del suelo les anunció de su llegada, de entre los árboles se abrió paso un ser gigantesco, imparable. tan solo una rafaga de viento cambiante aturdió en ese instante a humbaba, momento que aprovecharon para derribarlo y matarlo.

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