
la reina Ninsuna, montan sus dos mejores caballos y galopan velozmente al encuentro con Humbaba.
Enkidu promete a la madre de Gilgamesh, cuidar y velar por el bien de su hijo. Gilgamesh es feliz, nada ni nadie puede oponerse a estas dos fuerzas de la naturaleza, juntos se sienten invencibles.
Tras varios días de camino, llegaron a los lindes del bosque de cedros, situado entre el Hermón y el Líbano.
